domingo, 9 de febrero de 2014

GPS CULINARIO. Hacia donde me lleva la receta.



     De camino hacia Valencia hace algunas semanas con mis sobrinita no me di cuenta que cargaba encendido el GPS, yo tengo uno de INGEOMAPS; vale decir que el software es fantástico ya que registra las alertas de los “policías acostados” y las alcabalas también. 

     Arianna está en la edad del  “ Tío ¿Qué es…? ”; así que sin darme cuenta me arrastró a un diálogo o mejor dicho, a un interrogatorio despiadado… Tío ¿Qué es ENTRAR en la AUTOPISTA? … Tío ¿Qué es un POLICIA ACOSTADO? … Tío… ¿Qué es realizar una VUELTA en “U”?... Tío… ¿Qué es MANTÉNGASE en el CANAL DERECHO? Tío…Tío … y desde luego después de tanto explicar apagué el GPS en la primera oportunidad para poder llevar un díalogo más agradable y menos cuestionador.

La semana pasada se lo comentaba a mi hermano y el me respondió … “ Déjala que comience a leer para que te agarre las recetas y te pregunte …Tío ¿Qué es POCHAR? … Tío ¿Qué es Maillard?... Tío ¿Qué es TOURNÉE?  Es evidente que lo hará; sin embargo lo anterior me sirvió para reflexionar.

     Ambos episodios; el del GPS y el de la lectura de la receta coinciden en que son esencialmente una lista de procesos, pasos e indicaciones para lograr un objetivo. Y desde luego el éxito de ambos objetivos radica en la comprensión de las instrucciones;  ¿Qué es un Vuelta en U? , ¿Qué es pochar?, y aún más ¿Cómo hago para dar una Vuelta en U? , ¿Cómo hago para pochar? ; si las instrucciones no se comprenden no se pueden seguir los pasos para lograr los objetivos, corres el riesgo de extraviar el camino y de arruinar los ingredientes por no decir; pasar hambre o mal comer.

     Un restaurant y sus cocineros emplean las recetas (Recetas estandarizadas), o deberían hacerlo para:

  •  Garantizar que sea quien sea el cocinero que ejecute el plato, sin importar la fecha o el lugar, logre el mismo objetivo; esto es; sabor, textura, aroma y proporción en el mismo lapso de tiempo, invirtiendo para ello los mismos recursos de utensilios y cantidad de ingredientes.          
  • Brindar idéntica experiencia a todos los clientes.                                                                            
  • Apegarse a la estructura de costos para rentabilizar la operación.                                                   
  • Optimizar la planificación de las compras e inventarios de existencias.                                         
  • Organizar el procesamiento de los ingredientes para planificar la jornada laboral.                        
  • Evitar el despilfarro caprichoso de recursos por parte de los CHEF CREATIVOS, quienes son los mayores enemigos de una operación profesional de servicio y producción de alimentos y bebidas.

Lo anterior sonará para algunos un poco estricto, frío, calculador y carente de arte ; pero; es absolutamente necesario para garantizar puestos de empleo en la industria. Además, los errores de los Cocineros, Restauradores y Gerentes de A&B los pagan SIEMPRE los clientes de su propio bolsillo.

¿De qué le sirve a Ud. que no es un profesional de la cocina una receta?

     Todo depende del grado de conocimiento que tenga de las técnicas culinarias y de la destreza con que las ejecute. Disfrutar de los placeres de la mesa, ser curioso, probar los ingredientes, olerlos, constatar su textura y combinarlos para conocer cómo trabajan en conjunto es esencial para ser un cocinero de éxito; pero NO se es un cocinero sólo por hacerlo.

     Los ingredientes y el conocimiento que se tiene de ellos es sólo una fracción de la ciencia de cocinar, que abarca igualmente el conocimiento de los utensilios, herramientas y equipos para procesarlos, la química de la transformación de los mismos por efecto del calor, del frío, de los diversos métodos de cocción en húmedo, en seco, por convección, por conducción y por radiación, y ni hablar sobre la química y la física involucradas en los procesos de fermentación, leudado, aereación, emulsificación, gelificación y unos cuantos más relativos a la pastelería y a la panificación.

     Dotar actualmente una receta, con la escasez y los costos de los ingredientes es oneroso, llevarla a cabo sin conocimiento técnico, es además la vía más rápida hacia la frustración. Muchos amantes de la gastronomía se desencantan de la cocina por esa razón… ¡A mi no me queda igual! …   ¡ No se me dá la cocina! … ¡Para cocinar bien debo tener absoluta tranquilidad alrededor! …. ¡No levantó porque estoy “en esos días”! … ¡Nada me queda bien si estoy de mal humor!  Con todo respeto, las declaraciones anteriores las hemos oído todos nosotros alguna vez de alguien allegado; pero; sin darle muchas vueltas todas ellas constituyen MITOS, PAJA.

Reflexiona sobre esto:
  •  ¿Cuántos Recetarios tienes en tu casa?
  • ¿Cuántos Recetarios tienen los amigos de los MITOS en su casa?
  • ¿Cuántos libros de Técnicas de Cocina, de Pastelería y de Panadería tienen entre todos?
     Si el resultado de la tercera pregunta es menor que los de la primera y de la segunda; el punto quedó claro. Centenares de Listas de Instrucciones para hacer un Plato; pero ninguna orientación de cómo entenderlas. Es cómo dejarle el GPS a mi sobrina y pretender que pueda llegar a algún lado siguiéndolo, o convertirse el periodista leyendo la prensa.

     Finalmente les diré que los Recetarios son el gran negocio de la editoriales, los llenan con centenares de contenidos sobre Culinaria Patrimonial e Historia de los ingredientes y desde luego fantásticas imágenes para seducir visualmente los incautos bolsillos de los lectores aprovechando el BOOM de la gastronomía. Muchas de sus recetas ni siquiera maximizan el potencial de los ingredientes, de seguro pocas editoriales consultan con cocineros a la hora de elaborar sus Recetarios.

     El mejor consejo que les puedo dejar… COMPREN o DESCARGUEN LIBROS de TÉCNICAS pero sobre todo LEANLOS y practiquen con ellos hasta dominarlas. Pronto verán los Recetarios con otros ojos y disfrutarán mucho más de su relación con la cocina y los alimentos.

@angelocampione
Instagram :  a_campione

domingo, 2 de febrero de 2014

Solanum Tuberosum



     No es ni un mantra ni un conjuro, se trata sólo del nombre botánico de la PAPA. Y ¿Por qué la Papa?... Las últimas dos semanas ha sido recurrente al leer algunos de sus tweets, frases como las siguientes:

..”Angelo y donde consigues tu harina”..
..”ese sándwich mi hermano como mínimo 300 bolos”…
..”harina, camarones, hongos y pato #NO HAY… #PeroTenemosPatr..”..

     Lo entiendo, de acuerdo. Es cierto que publico platos y hago sugerencias empleando ingredientes que en estos tiempos no son fáciles de ubicar, sin embargo debemos ser creativos a la hora de cocinar porque tenemos ya un tiempo evidenciando escasez en algunos rubros alimenticios básicos cómo se puede testimoniar a diario en los supermercados.

     Elegir una receta, apuntar los ingredientes y salir a efectuar la requisa era el orden lógico de los pasos que seguíamos para cocinar; hoy debemos visitar el supermercado, evaluar los ingredientes que ubicamos para crear una receta viable basada en ellos, y eso desde luego exige mayor creatividad y destreza de nuestra parte sobre el dominio de los mismos y de las técnicas culinarias.

     Llego tras éstas reflexiones a pensar en la Papa, ya que éste tubérculo ha sido el héroe en varias situaciones difíciles atravesadas por la humanidad. Harán ya 700 años que los pobladores del altiplano Andino entre Chile y Perú, dominados por los Incas cosechadores de Quinua, les exigían su tributo de trabajo, estos clamaron a los dioses del cielo por una solución que los salvara de la hambruna a la cual los Incas los condenaban por quitarles sus cosechas; los dioses les dieron la planta de la papa que los Incas rechazaron por tener lindas flores sin utilidad. Los habitantes del altiplano descorazonados porque tampoco lo sabían clamaron nuevamente a los dioses por una solución para su hambruna, a lo que ellos contestan…”removed la tierra que los frutos de las plantas están en ella escondidos para burlar al opresor y saciar al oprimido”…

     En Westfalia, al occidente de la actual Alemania en el marco de la Guerra de los Siete Años, los prusianos hicieron prisionero al que sería el mayor promotor de éste tubérculo en Europa, Antoine Parmentier, quien básicamente se alimentó de papas durante su cautiverio. La papa llegó a Europa como una curiosidad botánica digna sólo para alimentar a los cerdos y a los prisioneros. Ya liberado Parmentier se propuso elevar la dignidad nutricional de la misma y proponerla a la corona Francesa como la panacea para las constantes hambrunas que se sufrían en el reino. El 25 de Agosto de 1785 se brindó un banquete en Versalles con la papa como ingrediente protagonista. Croquetas de papas, papas fritas, puré de papas fueron entre otras algunas de las preparaciones que deleitaron el paladar de los comensales asistentes.

     Vencidas las reticencias de la corte con respecto del hasta entonces vilipendiado tubérculo, Parmentier solicitó al Rey Luis XVI le fueran cedidos unos terrenos próximos a Palacio para urdir su estrategia de mercadeo. Cultivó las tierras en cuestión y apenas los primeros brotes de las plantas comenzaron a aflorar los hizo custodiar por la guardia real; esto desde luego generó habladurías en el París de la época y entre sus hambrientos pobladores quienes dedujeron que si los campos eran custodiados la papa entonces debía tratarse de un cultivo valioso hasta el punto que el Rey debía apostarle vigilancia. Ya vecina la cosecha por las noches Parmentier ordenaba retirar la guardia para que los hambrientos Parisinos pudieran saquear los campos a sus anchas.

     Si no ubicamos hoy en el supermercado harina, hongos, camarones, no nos sintamos derrotados hay muchos platos maravillosos que podemos adaptar, hay muchas preparaciones que podemos elaborar con la económica, nutritiva, heroica y siempre disponible PAPA.
@angelocampione

domingo, 26 de enero de 2014

UN ENSAYO PARA EL PROFESOR MORENO



Me tropezé con este documento hace días en mi disco duro y me pareció genial compartirlo con Uds.


Doy fé, que escribo éste ensayo mas como un ejercicio consciente para desahogar inquietudes, hacer reflexiones y cuestionamientos sobre mi percepción de nuestra realidad gastronómica actual, que como una asignación de la materia por Ud. dictada.
Inicio pues con un estado de consciencia y percepción del entorno conocido  como pesimismo; José Samarago decía:
…” Sí, soy pesimista, pero yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”…
Es interesante ver como el Sr. Samarago se asume como un observador omnisciente, al margen de los problemas y dificultades, pasivo, talvez incluso victima; pero en todo caso no se ve como cómplice activo ni pasivo de situaciones que generan pesimismo. De hecho sé que la percepción general del día a día de la gastronomía nacional; a través de sus vitrinas cotidianas que son los restaurantes y otros servicios de expendio de alimentos y bebidas; está matizada por esta frase de Samarago.
Vamos a un restaurant y lo que nos llega sobre el plato presenta mil facetas para ser criticado, además lo aderezan con un mal servicio y eso desde luego atenta contra nuestras expectativas de pasar un rato agradable en compañía de pareja o amigos, arruina la experiencia, violenta el espíritu; pero nos asumimos como Samarago …” yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”…  Y no es cierto. Claro que somos culpables de ésta realidad; deberíamos ser responsables aunque nos comportamos como irresponsables y desde luego sumamos filas con los que ven el problema pero no hacemos nada para ser parte de la solución; somos pesimistas pasivos.
Es aquí donde Antonio Gramsci llega a mi auxilio con una frase que allana el camino hacia la iluminación …” El pesimismo es un asunto de la inteligencia; el optimismo, de la voluntad”…  De ésta afirmación concluyo que se debe discernir con inteligencia las causas que nos generan ese pesimismo; para sentirnos frustrados con argumentos de peso; pero además; se debe poseer una voluntad férrea para verle el lado amable a cada situación. Entonces diré que la voluntad que nos hará sonreir debe ir enfocada a solventar los aspectos negativos que presenta nuestra gastronomía y para ello debemos identificarlos. Y yo empezaría sin dudas por la base, que no es otra que el público objeto o comensal.
La política que más celebro de todo restaurant es aquella que se expresa por escrito en el recibo cuando solicito la cuenta,  …”No incluimos el 10% de servicio”…  Digo entonces; ¡Que bien!  Me parece estupendo que no pretendan cobrarme algo que no he recibido.  No obstante; la naturaleza dadivosa y desprendida de nuestro gentilicio nos lleva a expresarla monetariamente de manera contundente sobre el platillo o la carpeta de cobro; a pesar de haber mal tragado con el brazo del camarero amenazando nuestras narices cada vez que traía un plato. Cuando reforzamos motivacionalmente el mal servicio y la mala mesa con una excelente propina enviamos un mensaje erróneo al establecimiento, uno que dice …”no importa que lo hagas mal, aún así te recompenso y poco me quejo o solo refunfuño en la atmósfera de la mesa o peor aún, de mi vehículo cuando me retiro”…
¿Cómo podemos entonces citar a Samarago diciendo: …” yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”…?  Cuando ignoramos las propuestas de Carlos García en Alto, la de Nelson Méndez en Biarritz Bistró la de Hector Romero en ICC y la de Helenita Ibarra en Altamira Suite; prefiriendo siempre otras opciones ¿Cómo podemos decir: …” yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”…?  Cuando preferimos dejar una fortuna por el libro de El Bulli; e ignoramos en la estantería títulos como:  Historia y Antología de la Cocina Margariteña, de Angel Félix Gómez; Panes Venezolanos, de Juan Carlos Bruzual; La Hallaca en Venezuela, de Rafael Cartay; Gastronáuticas, de Rafael Lovera; Los Sabores del Gusto, de Alberto Soria; Su Majestad el Ron Venezolano, de Alberto Márquez o el ya tradicional Mi Cocina, de Armando Scanone; ¿Cómo podemos decir: …” yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”…?
Carlos Vidal en su programa de radio Ubicuidad, por Pacifica FM; me entrevistó hace un mes y medio ya preguntándome sobre las tradiciones culinarias venezolanas; así que partiendo que la tradición se establece por el uso o costumbre arraigada en un periodo de tiempo indefinido, en un área geográfica por una grupo social; llegamos a la conclusión triste que nuestro plato nacional Venezuela siglo XXI es el Sushi. Tristemente cierto.
¿Cómo podemos decir: …” yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”…?
Somos absolutamente culpables cómo comensales, de no tener mas restaurantes que promocionen nuestro patrimonio culinario, porque no los apoyamos con filas o montañas de reservas como lo hacen los Europeos con los suyos; somos absolutamente culpables que no se organicen fundaciones con músculos financiero, humano y tecnológico poderosos para esculcar nuestras bibliotecas hasta el último papiro en búsqueda de nuestra culinaria colonial; mandamos el mensaje errado cuando los libros de autores venezolanos toman polvo en los estantes de las librerías. Somos absolutamente culpables del mal servicio que recibimos cuando lo premiamos con la chequera. Aquí parafrasearé a Gramsci diciendo …” Dado que somos inteligentes debemos ser pesimistas; pero no debemos quedarnos allí”…
Recientemente alguien que no viene al caso citar acuñó una frase poderosa …”Hay un Camino”… que probablemente estando de mejor humor; o mas bien usando una expresión típica de mi querida amiga Belkis Croquer; que estando alicorado, Juan Samarago medita sobre el pesimismo con una óptica mas constructiva y esclarecedora …” Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”…
Lo único que puedo decir al respecto es que estoy de acuerdo con Samarago; hay que cambiar muchas cosas y hay que reforzar otras. Lo primero que hay que cambiar en mi opinión es la actitud apática que presentamos por nuestra gastronomía, nuestros ingredientes; nuestros libros y recetarios, y nuestros cocineros. Una solución puede estar en Anaco; no la de Anzoátegui sino una idea como Asociación NAcional de COmensales; aclaro que no existe sólo fue algo que se me ocurrió al vuelo.
Me vienen a la mente algunos segmentos de su primera clase; mas precisamente del video de ésta. Muchas buenas noticias:
Nelson Méndez en el Madrid Fusión del 2.012, agencia EFE dijo al respecto …”un despliegue de magia culinaria y nutritiva de unos ingredientes que hasta ahora "los occidentales, cargados de prejuicios", sólo habían empleado para usos cosméticos o farmacológicos.”…  El Universal 26 de Enero 2.012.
Sobre Helena Ibarra en los Gourmand Cookbook Awards 2.012, al ser galardonada en la categoría Woman Chef  por su libro Cocina Extra-ordinaria dijo en París: …”La gastronomía venezolana y nuestros sabores e ingredientes estarán ahora en boca de todos estos especialistas”… El Universal 6 de Marzo de 2.012.
Indiscutiblemente son unos logros asombrosos. Era imposible no emocionarse al escucharlo decir …. “ Y Merlín Gessen lo logró, trajimos al hombre indicado desde Madrid y lo hicimos posible”…
Son eventos y logros admirables; pero eventos y logros; un Pastor Maldonado ganando el GP de Barcelona en 2.012; una Vinotinto ganándole a Argentina con Messi en el terreno 1-0, en Octubre 2.011. Flashes que nos producen una gran alegría; pero lejos de lo que nuestras mujeres reinas de belleza; nos tienen acostumbrados. Es como el Noma; cuando no llegan de primeras no bajan del segundo lugar. Pero detrás de ese éxito hay toda una construcción, una planificación de cada aspecto, entrenamiento y profesionalización. Venezuela es hoy ..”la fábrica de misses”… alguien dijo.
Entonces ese modelo también es válido para nuestro tema; ¿podemos o no ser la fábrica de logros gastronómicos?
La pasión que muestra un Profesor Victor Moreno, dando cátedra de gastronomía y su historia en recintos Universitarios, me hace pensar que si. Sin embargo no siento que seamos lo suficientemente virales para contagiar al acartonado y fatuo entablishment académico. Pininos apenas dan la Universidad Monteávila, Simón Bolívar y Metropolitana con diplomados de Gastronomía y Gerencia de A&B; donde el énfasis en la Gerencia y el Servicio es 85% mayor que sobre la gastronomía y menos aún sobre las asignaturas prácticas.
La Universidad Experimental de Yaracuy; apenas le dedicó 2 semestres de 8 a los laboratorios de gastronomía en el grado de Tecnología de los Alimentos; quizás menos cobarde es la Universidad José Antonio Páez, sede Carabobo; quien se atrevió a instalar el Centro de Arte y Ciencia de los Alimentos y aperturar 5 diplomados gastronómicos y culinarios con varias cohortes en tránsito; además que en colaboración con la Asociación de Chefs Cocineros y Afines de Venezuela dará inicio al primer Diplomado de Componente docente para Instructores de Cocina y Gastronomía.
Si los organismos que regulan y avalan los estudios en nuestro país no se comprometen a despojarse de la herrumbre; si las casas de estudios no muestran valentía para dar 10 pasos al frente y pasarle como un tractor por encima a la apatía; si la comunidad de investigación tecnológica; las empresas de alimentos y los comensales no persisten con su apoyo y patrocinio; si los cocineros no comenzamos a unir esfuerzos para vincularnos con los aspectos de profesionalización y con los profesionales en otras áreas; educadores, gerentes, tecnólogos, médicos, etc…. para el reconocimiento y fortalecimiento de nuestra gastronomía y nuestra cocina, que son el brazo armado de toda industria turística; difícilmente veremos que estos excelentes logros se conviertan en un hábito.
Perú, Ecuador, España y México; aún teniendo mucho petróleo; lo lograron. No un país; pero si el País Vasco tiene en Donostia; San Sebastian la cristalización de todas las reflexiones que he hecho; el Basque Culinary Center. Que maravilla; hasta un premio de arquitectura se ha ganado la sede.
Finalizo recordando nuevamente a Samarago …” Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”…
Me siento muy honrado de haber sido su alumno y créame cuando le digo que Ud. me parece según esta última frase de Samarago un excelente pesimista quien fortaleció mi pesimismo.
@angelocampione

domingo, 19 de enero de 2014

TOCA CON LA LENGUA. Las texturas divierten al paladar



¿Alguna vez te has preguntado por qué platos como la ensalada César, la pizza, la bruscheta y el Banana Split por ejemplo suelen ser tan populares? Es simple, porque reúnen una diversidad de texturas que inconscientemente divierten al paladar. Esto hace que optemos siempre por preparaciones que no sean aburridas, no solo a la vista sino también al tacto, ya que la lengua es el órgano por excelencia que nos permite identificar las diversas texturas de los alimentos. Por eso los bebés de forma instintiva se llevan todo lo que consiguen a la boca, por la curiosidad de conocer su sabor y sobre todo su textura.

Quizás por ello es que poco llaman nuestra atención las cremas y avenas cocidas que son totalmente uniformes, ya que al poco tiempo de empezarlas a comer, sin darnos cuenta, perdemos el interés al no encontrar nada nuevo que nos sorprenda. Por ejemplo una crema de auyama es realmente sabrosa pero aburrida, sin embargo al agregarle algunos crotones de pan de hierbas, cubos de queso Palmita que puedan fundirse o crocante de tocino, llegas a ennoblecerla y llevas la experiencia a otro nivel.

Es importante conocer todas las texturas que podemos conseguir en los alimentos e identificar si son untuosos, cremosos, crocantes, arenosos, ásperos, para así poder combinarlos y cautivar al paladar. ¿Qué prefieres? ¿La yuca sancochada o la yuca frita? Probablemente sea la segunda pero hay texturas para todos los gustos. ¿Papa sancochada sin piel o papa horneada con piel? ¿Vegetales al vapor o vegetales gratinados con queso? Es cuestión de preferencias personales pero siempre resultará más atractiva aquella preparación que integre el mayor número de texturas.

La Sopa de cebolla es un excelente ejemplo, que involucra la suavidad de las cebollas sumergidas en un fondo, cubiertas de pan tostado gratinado con queso ¿quién puede resistirse? La invitación está en mezclar e innovar en cada una de sus creaciones, agreguen maní japonés a una ensalada Tailandesa de mango que con la cremosidad de éste, lo crujiente del tomate y la rugosidad de la hierbabuena tendrán una combinación perfecta.

@angelocampione